AUTORRETRATO CON TÉMPERAS

¡Hola a todos!

INTRODUCCIÓN

El día 8 de marzo, durante nuestra sesión práctica de Expresión Plástica, utilizamos de nuevo nuestros autorretratos, pero esta vez utilizamos témperas para colorearlos, algo que me pareció más complicado de lo que parece.  Para llevar a cabo esta tarea, tuvimos que llevar nuestros autorretratos impresos en una cartulina blanca tamaño A3, evitando así que no se rompiese al entrar en contacto el papel con la témpera. 

DESARROLLO

En esta sesión, también pudimos pintar nuestros autorretratos sin seguir ningún tipo de patrón y sin necesidad de que los colores tuviesen que ajustarse a la realidad. Para comenzar la clase, montamos el taller como nos había explicado Florencio en la clase anterior; los materiales fundamentales de esta sesión fueron las paletas donde teníamos los colores azul, magenta, blanco y amarillo. Utilizamos estos colores durante toda la clase y los mezclamos de diversas formas para poder conseguir los colores que estábamos buscando. Asimismo, también teníamos a nuestra disposición una gran cantidad de pinceles y brochas, gracias a los cuales pudimos conseguir diferentes acabados en los autorretratos, así como adaptar nuestro ritmo de trabajo. En las siguientes imágenes aparecen las paletas con los colores que habíamos obtenido a partir de la mezcla de los colores primarios, además de cómo estaba distribuida nuestra mesa de trabajo.

Imagen 1. Taller de autorretrato con témperas
Fuente: elaboración propia
Imagen 2. Mezcla de colores
Fuente: elaboración propia

En mi caso, yo comencé a pintar mi autorretrato tratando de conseguir un color carne, aunque no conseguí lograrlo del todo ya que quedó un tono anaranjado. 

Imagen 3. Rostro del autorretrato pintado con temperas.
Fuente: elaboración propia 

Tras tener el rostro coloreado, continué pintando el resto de elementos, como los labios, los ojos o las cejas. Por último pinté el pelo y el fondo, al que quise aportar un par de tonos del mismo color y jugar con los contrastes. Por último, realicé unos últimos retoques para aportar un poco más de realidad, pintando las pestañas de los ojos y repasando los bordes de la nariz con un tono más oscuro que le aportara volumen. 

Imagen 4. Resultado final del autorretrato pintado con témperas
Fuente: elaboración propia

CONCLUSIÓN

Sin duda, creo que una de las cosas que más difíciles me resultaron a la hora de pintar con temperas el autorretrato fue la elección del pincel. Esto se debe a que a veces los pinceles no funcionaban de la forma que yo esperaba, por lo que el resultado acababa siendo peor del que me imaginaba. Algunas veces pintaba algunas zonas más de lo que me gustaría, o los trazos quedaban más gruesos de lo que deseaba. Aun así, pintar con témperas me ha resultado muy entretenido y divertido. 






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